No sin el cuerpo

El efecto de la cuarentena es singular para todos. Para cada familia, para cada niño. Algunos niños se ven beneficiados con la distancia social y el mayor uso de la tecnología. Otros, sin dudas, sufren por esto.

Las rutinas, compartidas en ADANA, que aportaban cierta significación se ven un tanto desdibujadas. Para algunos de ellos, la pérdida es considerable.

A la confusión, actual, cada uno responde como puede.

¿Qué hacer? ¿Cómo podemos conciliar nuestro trabajo con sus hijos, y al mismo tiempo, trabajar sobre la propia angustia ante el impacto del Covid-19 que nos sorprende sin apenas preparación?

¡Buen desafío! No es tan sencillo reorganizar las actividades con los niños habiendo sido distorsionado el modo conocido. Ya no usamos el cuerpo, la voz y la mirada de la misma manera. Ahora, lo modulamos a través de la pantalla.

Si bien la distancia -con la pantalla como intermediaria- tiene un efecto pacificador… el cuerpo, poner el cuerpo, es una parte fundamental del camino. Lo que logramos con el uso del cuerpo, ciertamente no podremos producirlo con el uso de una plataforma digital.

No podemos ser compañeros de sus hijos como habitualmente sucedía. No podemos preparar el desayuno con Pedro, salir a dar la vuelta a la manzana o al súper con los más grandes, jugar en el tobogán con Melina o escuchar música con Fernando, por ejemplo.

En este momento, si bien las herramientas digitales son limitantes en la producción de efectos y afectos, por ahora-sólo por un tiempo- nos permiten inventar un saber hacer con las cosas de la vida.

¡¡Contamos para ello con la participación de todos ustedes!! ¡¡¡Gracias!!!

Lic. Gabriela García Capisano

Dir. Terapéutica ADANA